En mi opinión, algunos de los conceptos fundamentales que
debe seguir la escuela para enseñar sus contenidos son: La utilidad, la
comprensión de la realidad y de nosotros mismos, la diversión, aumentar la
curiosidad y respetar la creatividad.
Cuando hablo de utilidad me refiero a que sean contenidos
que estén relacionados con nuestras vidas o que podamos llevarlos a cabo en un
futuro. Aprender procesos en vez de nombres o datos sin significado. Si
aprendemos algo, cualquier cosa, pero no sabemos para qué sirve o que uso
podemos darle lo olvidaremos enseguida pero si son cosas que nos sirven, ya sea
para formar conceptos nuevos, para llevarlos a cabo en clase o para demostrarle
algo a nuestros compañeros no se nos olvidará nunca.
En este sentido, los contenidos además de útiles deben de
fomentar las ganas de saber, la curiosidad de los alumnos. Yo pienso que los niños son seres extraordinarios que
son capaces de entender las cosas más allá de una breve explicación. Si los
docentes se aburren y no son capaces de transmitirles intriga, los niños
enseguida se aburren y empiezan a distraerse. Para esto, es necesario averiguar
las cosas que a ellos les interesa, preguntarles a ellos mismo. No es necesario
un libro que indique las cosas importantes que deben aprender, ellos, por el
simple hecho de ser un ser humano tienen
incertidumbres que desean resolver y el docente es el que debe fomentar esa
incertidumbre y servir de guía para intentar resolverla.
Refiriéndome a la comprensión de la realidad y nosotros
mismos, me refiero a que sean contenidos que den una serie de perspectivas que
los niños sean capaces de elegir. Si, además de contenidos enseñamos valores
como el respeto, la tolerancia, la igualdad, la comprensión… serán capaces de
elegir por ellos mismos su propio significado de las cosas. Si los docentes
enseñan cosas vacías a los alumnos serán personas vacías. Hablando sobre este
tema, me gustaría mencionar mi disconformidad con los contenidos nacionalistas.
No comprendo porque aprendemos autores que fueron prácticamente irrelevantes a
lo largo de toda la literatura simplemente por pertenecer a la nación y no
estudiamos a autores que si fueron totalmente relevantes, pero que en los
libros de literatura no se encontraban. Un ejemplo de esto es Shakespeare y
Cervantes. Es cierto que Cervantes es muy importante, pero Shakespeare también,
y, entonces, ¿porque mi libro de literatura le dedicaba un página entera a Cervantes
y Shakespeare ni aparecía? Debemos dejar
de llevarnos por cosas como estas o no evolucionaremos como personas.
Por último, me gustaría hablar sobre la creatividad. Los
niños nacen con total libertad de pensamiento y somos los adultos los que le
ponemos barreras a esa libertad. En este tema, cosas tan minuciosas como no
dejarles pintar con las manos o jugar con el barro coartan su libertad de
expresión. Cuando las niñas nos dicen que quieren ser bailarinas, nos reímos,
pensando que es muy gracioso que una niña de seis años quiera ser bailarina
pero en el fondo nunca recapacitamos enserio sobre esa posibilidad. La sociedad
de hoy en día no considera a las actividades artísticas como la danza, el drama
o la pintura como un verdadero trabajo. Lo consideran como una vocación con la
que aspiran ganar algo de dinero para sobrevivir. Vivimos anclados en el
pasado, considerando que los verdaderos trabajos deben consistir en mano de
obra y personas que lleven las cuentas. El sistema educativo no puede seguir
centrado en la habilidad académica, debe reconocer las otras artes, dándole el
lugar que se merece, porque si seguimos así todas las personas acabaremos
dedicándonos a lo mismo, considerando la vocación como algo sin importancia que
debemos olvidar.
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